17 jun 2011

Configurar Etiquetas

Me cuesta aceptar que hay un escalafón afectivo. Marido, Pareja, Novio, Amigo, Compañero, “Huesito”, Conocido, Amigo-de-amigo, Desconocido. Es una categorización en relación a valorizar y cuantificar el afecto que- de alguna manera- nos suscita otro ser humano y su reciprocidad. Algunas categorías son arbitrarias. Otras, responden a una arquitectura especifica de dosificación.

No da para novio”, me dijo un femenino hablándome de un masculino que frecuenta con asiduidad. Ahí nomas tendría que haberle pegado un cadenazo en los dientes: la simple idea que alguien da o no da para algo me revuelve las tripas, como si fuera una materia prima a evaluar en su calidad de futuro producto manufacturado (novio, en este caso). "¿Me estás jodiendo?" le tuve que responder, a falta de mayores y contundentes argumentos. Dubitativa, pero convencida, el femenino argumento "Yyyy... no da, ¿viste?". No, no ví. 

En cambio si vi que, escalimetro afectivo en mano, medimos conductas, actitudes, comportamientos, palabras (o falta de todas las anteriores) con un escrutinio de Telebin Afectivo para evaluar todas las posibilidades y panoramas futuros… ¡¡¡no vaya a ser cosa que se nos enrede la nube de tags o avancemos en el cariño un centímetro más que el otro!!!

Tanto lio con la categoría para que después te terminen catalogando de Linda, Simpática o Tremenda Hija de Puta
Era más fácil si empezábamos por ahí…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Saraciame