Fue a una fiesta.
Bebió.
Bailó.
La fiesta se volvió un fiestón.
Habló hasta con los muebles.
Bebió, más aún.
Fumó algo.
Lo conoció a Él.
Dejó de hablar con todo el mundo y habló solo con Él.
Bailó un poco más.
Bebió un poco más
Se fue de la fiesta con Él.
Fue a la casa de Él.
La pasó bien.
La volvió a pasar bien.
La pasó MUY bien, otra vez.
Se fue y le dijo Toma mi número, llamame.
Él le dijo Mañana te llamo.
Llegó mañana.
…
Y AHORA COMO UNA REVERENDA ESTÚPIDA CRÉDULA DE TODA PAVADA QUE ME DICEN ME LA PASÉ TODA LA TARDE MIRANDO EL TELÉFONO A VER SI ÉL ME LLAMA.
(Escribir en tercera persona es más fácil que vivir en primera…)
(Ilustración de Montt)
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