Te queres hacer la moderna y decís que tenes de amigo, de re-amigo, de superamigo, a un mega EX. Como sos súper moderna hablas “de todo” con él… en realidad, se un poco honesta con vos misma: no hablas de todo, vos no le contás nada, lo que haces es seguir controlandolo a la distancia bajo la mascarita esa de amigota que te queda bien y te calza como zapatito de Cenicienta.
El muy pavote (porque hay que ser pavote…) te llama para contarte cómo anda.
Pavote:
- Estoy súper cansado.
Cenicienta:
- ¿Saliste anoche?
Pavote:
- Sí salí, estoy fusilado. Hoy no hago nada. Voy a ver si descanso un poco. Mucha actividad.
A parte me descontrolé con los gastos.
Cenicienta:
-¿Qué hiciste?, ¿Fuiste al teatro, al cine, a un recital, a cenar, a un boliche…?
Pavote:
- Salí a cenar a un lugar lindo… a ese restorán que te gustaba a vos ahí por Palermo, ¿Te acordás?.
Después fuimos a un par de bares…
Y después un telo copado…
Cenicienta:
- …
Y ahí no más sentís como el veneno va corriendo por el torrente sanguíneo hasta hacer el camino inverso, subir por la aorta y llegarte al cerebro que crees que en cualquier momento te va a explotar y enchastrarse contra la pared como un cuarto kilo de carne picada. El veneno hace que te zumben los oídos y lo único que queres es darle en el ojo con el taco del zapatito de cenicienta a “tu amigo” y verlo desangrarse.
¿Sabes qué?: aguantatela por creerte los cuentos de hadas.
Moraleja: no se puede ser amiga de un Ex.
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